¿Eres de las personas que comienzan el día con entusiasmo, una sonrisa y la pasión desbordante?
O por el contrario eres de los que gruñes porque te toca ir a trabajar muy
temprano, piensas en el tráfico, crees que el clima es detestable y que la vida
apesta? Reflexiona en esto y respóndete con sinceridad.
Definitivamente la forma como iniciamos nuestro día
determina en gran medida como va a fluir. Eres tu quien decide cómo te influyen
las cosas, si una mañana nos despertamos, nos tropezamos, gruñimos y permitimos
que afecte nuestro humor y actitud, ten por seguro que se desatará una cadena
de eventos que te harán desear no haberte levantado, pero si en lugar de esto
cortas con el efecto negativo del primer evento desagradable verás que las
cosas irán mucho mejor con el pasar de
las horas. No podemos cambiar a veces lo
que nos ocurre pero si como dejamos que nos afecte.
Después del descanso nocturno (se recomiendan entre 6
y 8 horas), te encuentras física y mentalmente listo para dar paso a una nueva
jornada, enfoca tu energía en esto. Me pasaba que lo primero que hacía era
tomar el teléfono, encender la TV y me cargaba de una serie de información sin
filtro que se almacenaba sin mi autorización en mi mente al iniciar el día, alteraba
mi estado de ánimo matutino y me predisponía en una mala dirección durante el
día.
Comencemos nuestra mañana con una buena actitud, la
vida fluye más fácil cuando iniciamos el día en oración, que nuestra primera
frase sea de agradecimiento a Dios, seguida de un deseo inmenso de hacer todo
lo que esté a nuestro alcance por materializar las metas del día.
Almacenar información positiva, agradecer a nuestro creador por lo que tenemos y un vaso
de agua en ayunas pueden hacer la diferencia en tu estilo de vida.
Recuerda la gratitud te pone en sintonía con la
prosperidad!
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