Caminar por la vida es una de las
ciencias más complicadas , te toca aprender cada día de cada persona o circunstancia.
En muchos momentos he llegado a
sentir que exploto pues me ha tocado vivir situaciones con las que he experimentado
sentimientos muy variados: rabia, dolor,
tristeza, alegría, desilusión, decepción.. y
a quien no le ha pasado!
Particularmente pienso que una de las
tareas más complejas es la interacción personal, en ella te expones a
experiencias unas veces muy positivas
otras no tantas, y es que Dios nos envía ángeles como maestros de vida de
quienes nos toca aprender. Ellos se
harán presente a veces en tu escuela/universidad otras en tu familia, tu vida
amorosa, trabajo. A mí me han tocado en cada una de estas áreas, y debo
reconocer que en mucho más en mis relaciones de pareja, viviendo experiencias
muy hermosas que disfrute mucho y otras con las que sufrí y aprendí
bastante. Pasó que cada vez que me iba
mal, me frustraba y llegué a cansarme de los ciclos que parecían no terminar,
sin embargo, procuré no perder mi norte, mantenerme enfocada en la realidad que
buscaba para mi vida, y decidí ver como
maestros de vida a aquellas personas que entraban en ella para dejar alegría y
especialmente sufrimiento. ¡Qué bueno que no funcionó!! hoy puedo entender las
razones J, Dios sabe cómo mover sus piezas!! Un
buen día, cuando menos lo esperaba llego ese ángel maravilloso con quien decidí
unir mi vida, hoy me encuentro civil y felizmente casada, preparando mi boda
religiosa y he querido tomarme unos minutos para agradecer a mis maestros por
ayudarme a convertirme en la mujer que soy. Se que falta mucho por aprender al
lado de mi esposo a quien amo profundamente, sé que siempre tendré una buena
oportunidad para ser mejor persona, me faltará vida para hacerlo, daré la
bienvenida a quienes conmigo transiten por la vida en forma de nuevos mentores,
ojalá que para otros haya sido o sea yo su maestra.
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