Bondad o carencia de límites

 

¿Quién no ha confundido alguna vez ser bueno con permitir hechos o situaciones que no corresponden? Y es que muy pocas personas quieren parecer malos por poner límites, el desear ser aceptado o querido, el anhelo por pertenecer puede ser una espada de Damocles para muchas personas.

Queremos que los demás digan que somos muy buenos, pero: ¿estamos siendo buenos con nosotros mismos? Por allí debemos empezar, para poder dar sanamente debemos estar bien claros con nuestros límites y qué significa una transgresión porque a la larga a la persona que estás tratando mal es a ti y llegará el momento en que explotes o te sientas tan desgastado que puedes enfermarte o empezar a actuar de manera errática. Recuerda que eres bueno hasta que niegas un favor, así que no te preocupes tanto por lo que dirán sino por cómo te sientes, siempre a la luz de lo que Dios manda que hagamos claro está, ser buenas personas, pero recuerda que el mandamiento es ama a tu prójimo como a ti mismo, es decir que todo empieza por ti.

Actitud de Ganador

 ¿Con qué actitud andas por la vida? Es importante que tengas presente que tu actitud es la clave de todo, he visto mucha gente talentosa con pésima forma de ser y actuar, les confieso algo: prefiero tenerlos lejos.

Es cierto que es complejo estar siempre sonriendo y feliz por lo que nos pasa, somos humanos y tenemos nuestros momentos, sin embargo, si quieres tener éxito en la vida esta no puede ser la regla sino la excepción.

• Ama el lugar donde Dios te ha sembrado en cada momento
• Se un buscador de cosas buenas y positivas
• Céntrate en las cualidades de las personas
• Sonríe
• Desarrolla la disposición por colaborar (de buena gana)
• Espera lo mejor de la vida
• Aprecia tus circunstancias por malas que parezcan, Dios no se equivoca, el siempre tiene un motivo.
• Llénate de lo puro, de lo bueno, de lo agradable.
• Se amable con todos en todo momento. Si es necesario retírate y toma un respiro, pero evita ser descortés.

Casi todo lo que escribo es mi ideal, lo que quiero ser y que aún trabajo con constancia por conseguir, y esto es mientras se viva porque siempre nos pasarán cosas no tan buenas que intenten sacarnos el peor lado, pero en el entrenamiento es que crece el músculo, pongamos nuestros esfuerzos porque sea el músculo de la actitud de ganador.

 

¿Qué harías si Dios te hablara?

Me cuesta tanto pensar en una conversación con el ser que me creó y es que, aunque hoy es muy diferente, antes por distintas situaciones de mi vida no había tenido una buena relación con él.

Hay muchas interrogantes; son tantas que mi mente se pone en blanco, pero si, preguntaría mucho; quisiera entender tantas cosas:

¿lo estoy haciendo bien?

¿Cuál es tu propósito conmigo?

¿Qué quieres que haga, cual es mi propósito?

¿Por qué a la gente buena le pasan cosas malas y algunas personas sin principios y que no lo siguen consigue cosas buenas de la vida?

¿Por qué te quedas callado algunas veces?, me gustaría que si es no me lo dijeras también.

Creo que todo esto se traduce en que querría más entender que saber del futuro, o que me cumplan deseos, quisiera comprender su gloria y su majestad, conocer el verdadero sentido de la vida, es como encontrarse con el autor de la más grande obra de arte y poder preguntarle a plenitud todo en relación a ella, porque a la larga él es quien sabe, lo demás son meras interpretaciones. Es como si la obra de Arte pudiera hablar con quien la creó. Sería realmente mágico y revelador. Yo si quisiera que me pasara.

¿Y tú, querrías? ¿Qué Harías?

Atrapada sin salida

Quien no se ha sentido como que está en un lugar, situación o relación con la que ya no se siente bien pero que no ve cómo puede salir de allí, por miedo o porque no sabe si realmente es una equivocación hacerlo. A veces es duro no tener claridad, sería tan fácil que viniera un experto y te ayudará a decidir y no tener que pensar o hacer.

Muchos se sienten así, como atrapados en una interacción en la que no quieren estar en la que se cansaron de dar el todo por el todo, aguantar y aplicar. Detente a analizar, ¿Qué es lo que te detiene? ¿por qué no puedes reaccionar?

¿Estás Evadiendo la realidad? sin pensar, sin querer reaccionar, sin querer hacer. 

¿Por dónde empezar? Por enfrentar tu realidad, luego orar y de la mano de Dios decidir. No hay apuro, pero no debe haber más pausas, ¡empieza YA!