Para
desapegarnos primero debemos estar conscientes que estamos sufriendo de apego.
¿Pero y que es el apego? generar un vínculo
en el cual exista la dificulta de separación y necesidad de estar siempre con
el objeto del sentimiento.
Debemos
ser seres interdependientes, caminar estableciendo relaciones sanas en las
cuales podamos interactuar desde la elección y no desde la necesidad, si esto
no está pasando entonces el apego está asomando sus narices.
Les
confieso que por 10 años fui una persona que no sabía relacionarse, sufrí
mucho, en relaciones tóxicas de las cuales me costaba salir. Todo comenzó
cuando terminé mis carreras universitarias, terminé mi relación de 11 años y me
fui a vivir a Estados unidos. Mi mundo había cambiado radicalmente y pasé de controlarlo
todo a ser controlada, por primera vez mis emociones eran la prioridad y no
pude canalizarlo. Antes, todo se basaba en mis calificaciones y mis metas
académicas, pero eso ya había terminado, ahora tenía tiempo para mí, en un
nuevo país en donde ni siquiera dominaba el idioma. Venía de un entorno donde
yo tenía un estatus y ahora debía comenzar de nuevo. Allí comenzó el apego a
sembrar su semilla macabra, empecé a depender de otras personas y al paso del
tiempo me di cuenta que algo estaba mal; toleraba situaciones que antes nunca
hubiese permitido y se me complicaba establecer algunos límites.
Es
importante que dejemos de autoengañarnos, siempre nuestro corazón nos da
indicios de que una situación no está bien.
Es importante contar a una persona cercana aquello que nos está haciendo
sentir mal, en mi caso ese fue el inicio de mucho trabajo para recuperarme. Mi
hermana Milagros fue un gran apoyo al igual que mis amigas que me ayudaron a
buscar ayuda de un especialista que me orientó y me hizo saber que se trataba
de apego emocional un término hasta ahora desconocido por mí. Quisiera
decirles que ahí todo se arregló, pero no, tuve que vivir un largo proceso de
recuperación bajo la guía de Dios, mi terapeuta, grupo de apoyo (CODA), Grupo
de vida de mi iglesia y mucha disciplina. En el camino hubo recaídas (por
terca) lo que implicó reiniciar el proceso tantas veces como fue necesario,
pero hoy al final de mucho trabajo intencional puedo decir que soy libre del
apego.
No se
cual sea tu situación, pero si estás viviendo algo similar, no cayes, busca
ayuda y sal de ese ciclo tóxico, ¡si yo pude tú también puedes!
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