viernes, 1 de diciembre de 2017

Camino a la Sabiduría:



¿Qué es para ti la sabiduría? He escuchado a muchas personas catalogar de sabios a otros, incluso a mí me han atribuido ese adjetivo, pero, ¿será que lo soy?  Todo depende del cristal a través del que lo miremos.
Si consultamos  el diccionario tenemos que  una persona sabia es aquella que posee conocimientos amplios y profundos adquiridos mediante el estudio.
En la Grecia antigua existieron siete hombres que por sus enseñanzas y aportes filosóficos recibieron el nombre de los siete sabios:

  • Cleobulo de lindos: Aceptar la injusticia no es virtud
  • Solon de Atenas: Nada con exceso
  • Quilon de Esparta: no desees lo imposible
  • Bias de Priene: la mayoría de los hombres son malos
  • Tales de Mileto: En la confianza está el peligro
  • Pitaco de Mitilenes: Debes saber escoger la oportunidad
  • Periandro de Corinto: Se previsor con todas las cosas


Con toda sinceridad quizás muchos de nosotros no seremos reconocidos por nuestras enseñanzas filosóficas o por nuestras frases transformadoras, pero lo que si podemos es llegar a ser sabios según la sabiduría de nuestro Dios, ¿cómo podemos hacerlo?
Veamos que dice la biblia al respecto; un hombre sabio es aquel que no se agrada en aquellas cosas que desagradan a Dios.  Proverbios 8:13
Entonces ser sabio para Dios no tiene que ver con títulos académicos, o cuanto conocimiento tengamos, sino con no hacer las cosas que a Dios le desagradan, no por miedo al castigo, no solo por miedo a las consecuencias sino por amor y honra para nuestro creador.


Conforme a esto, una persona sabia no  es aquella que más títulos acumule, o el que más logros laborales o empresariales ha alcanzado, sino aquella capaz de analizar su vida y comprender que no puede seguir en el camino equivocado pues le está trayendo destrucción o resultados no deseados. Al respecto, mi amigo Jesús siempre me dice: no es el error sino la persistencia en el lo que nos aleja de la sabiduría.

Este día toma unos minutos y reflexiona en esto ¿que está trayendo a tu vida el camino que has decidido andar? Y si no es lo que se alinea con los anhelos de tu corazón y el plan de Dios, toma la decisión de cambiar de ruta por una en la que cada día te acerques más al lugar donde quieres estar mañana.

jueves, 25 de mayo de 2017

Comunicación eficaz

¿Cómo deberíamos comunicarnos? Indudablemente de una forma en que podamos transmitir efectivamente lo que sentimos, deseamos o necesitamos. Expresemos lo que queremos sin tratar de obligar a la otra persona que acepte ciegamente lo que nosotros decimos, escuchemos aunque nos cueste, limpiemos el canal del ruido de la predisposición.

¡El lenguaje corporal!!.. a veces amigo, muchas veces enemigo, posee el 70% del poder de la comunicación, por eso debemos convertirlo en nuestro aliado.

¡No es lo que digo, sino como lo digo! en mi caso la mayoría de problemas que tengo están relacionados con este dicho popular y sucede que muchas veces tengo la razón pero se desvanece en el momento en que no he sabido transmitir mi mensaje por utilizar gestos y/o tonos inadecuados.
Actualmente me encuentro trabajando en este aspecto de mi personalidad y debo confesar que es una de las batallas que más me ha costado librar ya que mi expresiones faciales no me lo facilitan, tengo lo que en ingles llaman “the resting  bitch face”( término para describir generalmente a una chica cuya expresión facial (o falta de ella) involuntariamente aparenta enojo, irritación, desprecio, particularmente cuando se relaja o expresa una emoción), lo cual es un verdadera pesadilla jeje. Las personas normalmente creen que algo malo me pasa o que estoy molesta cuando en realidad no me pasa nada y a veces estoy feliz y creo incluso estar sonriendo.
Lo bueno es que siempre pueden mezclarse los ingredientes y producir un buen resultado, si bien es complejo luchar con tus rasgos faciales no es imposible darle un matiz de accesibilidad. ¿Cómo? Jugando con el tono de voz, tratando de suavizarlo lo más posible, al punto que compita con tu (in)expresión.
Si te interesa conectarte un poco más con las personas cuando hablas es importante mantener un alto nivel de consciencia de tus debilidades: capacidad de oratoria, posturas, rasgos faciales, tono de voz, y conjugarlos conscientemente de tal manera que la interacción sea asertiva. Intencionalmente trata de neutralizar posturas desafiantes, no señales, ni ‘batas’ las manos/brazos invadiendo el espacio del interlocutor; esto es un tema complejo para las personas visuales que normalmente dibujamos lo que decimos, pero no se trata de dejar de ser nosotros sino de utilizar nuestras características a nuestro favor.  Si sabes que tu manoteo es desafiante no discutas un tema álgido con tus manos disponibles, carga un libro, mete tus manos en el bolsillo, el usar las manos puede ser útil para expresarnos si no abusamos de ello, y sobre todo si no lo empleamos para invadir espacios: señalar de forma acusadora, empujar, mover las manos sobre la cara del otro.

En el caso del tono: cuando más caldeado estén los ánimos asegúrate de bajar el volumen de tu voz y luego generar el rapport necesario en la situación. La suave respuesta calma la ira, ésta especialmente ha sido mi mayor debilidad, “mi bendito tono de voz”, parece que grito y más si la situación me altera las emociones, hasta ahora mi clave ha sido mantenerme en un estado de consciencia plena, de este modo identifico mis subidas de tono, y voy bajando progresivamente los decibeles, acto seguido el interlocutor también lo hace.

A veces si se trata de lo que digo! Siempre he aplicado la transparencia brutal y con el pasar de los años la vida se ha encargado de enseñarme que, como decía un comercial de la gaseosa Seven up, ¡no siempre es bueno ser transparente!, ¿cómo lo voy logrando? Consciencia plena, ingrediente básico; y luego retraso mi respuesta unos segundos, lo cual me da oportunidad de pensar lo que voy a decir, y/o como lo voy a decir. No se trata solo de ser honestos sino también de aplicar la generosidad en nuestras palabras entendiendo que después que sueltas la bomba dejará marcas indelebles en el otro, practiquemos la moderación y la indulgencia aunque seamos dueños circunstanciales de la verdad.

viernes, 7 de abril de 2017

Mis Miedos


Aún recuerdo como si fuera ayer cuando el temor era un sentimiento común en mi vida y no es que ahora no haya momentos donde sienta miedo pero en ese entonces era lo que me movía o me paralizaba.
El miedo es un sentimiento natural y fue creado en nosotros con el objetivo de prevenir o reaccionar ante situaciones en la que nuestra integridad o seguridad se vean comprometidas, al sentirlo se activan nuestros mecanismos de defensa y tomamos alguna acción para protegernos. Sin embargo a veces por nuestros traumas o vivencias desarrollamos temor que es una condición psicosomática paralizante.

Existen diferentes miedos; miedo al rechazo que se traduce en miedo a la gente, a la crítica, a hablar en público, temor a la muerte ; y es sorprendente como pueden afectar nuestra conducta. Por ejemplo: Por el miedo al fracaso puedes generar un patrón de perfeccionismo y comportarte como un tirano o un adicto al trabajo., las fobias muy conocidas en la actualidad son producto de temores irracionales.
Fue revelador para mí leer el libro el ADN de las relaciones de Greg Smalley, Robert S. Paul, Donna K. Wallace en el cual pude identificar mis miedos esenciales: el rechazo, el abandono, miedo a fracasar lo cual había marcado mi vida y era el origen de mis debilidades en el establecimiento de relaciones interpersonales, aún sigo trabajando en sanar estos temores.
Entendamos cómo funciona el temor; no es la circunstancia lo que genera el temor sino como interpreto o percibo lo que acontece en el momento en que acontece lo cual se ve influido por cosas que ya ocurrieron y nos afectaron negativamente y por acontecimientos que muchas veces no van ocurrir.
Nuestro sistema de creencias genera pensamientos automáticos que son los que disparan la emoción como consecuencia uno se paraliza lo cual origina que evitemos exponernos de una forma que no es sana limitando nuestras experiencias de vida lo cual alimenta la parálisis, y es fácil desencadenar a partir de allí un efecto bola de nieve.
Ya que no se puede ser feliz con temor, la pregunta sería, ¿Cómo superarlo?
Lo primero sería validar si nuestro miedo es racional o no, sin justificarnos con base en la prudencia o las escandalosas estadísticas o noticias del día a día sobre la inseguridad.
El temor es racional si el objeto de mi miedo puede alcanzarme, en contraposición, es irracional si no puede alcanzarme o aun teniendo el potencial de alcanzarme no está presente.
Habiendo determinado si mi temor es racional o  irracional, debemos dar el siguiente paso que es enfrentar las situaciones que están condicionadas por miedos absurdos, en principio no es sencillo, pero estoy segura que podemos trabajar en ello hasta sanarnos.
Piensa en estas preguntas ¿Qué harías si no sintieras temor? ¿Quizá serías  más expresiv@? ¿más arriesgad@?, ¿amarías más?
No se puede vivir en libertad si nos dejamos atrapar por el miedo, recordemos que lo opuesto al amor no es el odio, es el temor.
Si cambio mi forma de pensar cambiarán mi manera de vivir.

Si cambia mi manera de vivir cambiará mi manera de sentir

martes, 21 de febrero de 2017

¿Cuál es tu límite?



A veces vacilamos en poner a los demás en su sitio, cuidar nuestro espacio y que no se traspasen nuestros límites, también puede suceder que somos nosotros quienes no respetamos el espacio de los demás, y aún lo más complicado de identificar es que en oportunidades nuestras barreras son tales que no dejamos salir de nuestro interior ni lo positivo ni lo negativo. Pensamos que la transgresión de límites se basa solo en lo que permitimos que entre sin pensar que lo que dejo salir también es un tema de límites.

Los limites forman parte de nuestra identidad personal, lo que no me gusta y lo que me gusta; como soy y como no soy. Es muy importante saber y definir lo que no es negociable en tu vida, de modo que puedas tomar acciones si te consigues expuesto a esa situación, debes establecer tus límites con claridad y hacerlos evidentes a tu entorno.

En ocasiones nos encontramos haciendo tareas que son responsabilidad de alguien más y si bien es cierto que debemos ayudarnos los unos a los otros también es cierto  que cada quien debe llevar su carga, en tal sentido, deben asignarse responsabilidades claramente, cuando una persona hace cosas que no le corresponden vive en queja y le causa dolor.
Algunas veces en mi vida fui permisiva, el apego casi siempre viene de la mano de la falta de límites; permití palabras y tratos que no me eran agradables por miedo a perder alguien y lo irónico de ésto es que hoy no se ni dónde están ni que hacen estas personas, es decir que igual salieron de mi vida. Si en este momento estás viviendo una situación que te es incómoda y no sabes cómo ponerle coto piensa en esto: nada positivo se puede basar en lo que no te gusta, en lo que te vulnera, en un abuso; si alguna de estas premisas está presente debes tomar una acción: expresar contundentemente que no estas dispuest@ a permitir más la circunstancia, denunciar, retirarte. Protégete tu seguridad tanto física como emocional depende de TI.