En realidad,
el fracaso es más común que el éxito, pero nos preparamos para el éxito y casi
nunca para el fracaso, por ello muchas personas o grupos al afrontarlos se
limitan y retroceden, porque lo ven como algo malo y que no tiene vuelta atrás.
Podríamos
decir que es la criptonita de los perfeccionistas, produce un sentimiento
insoportable hasta que comprendes que puede ser un impulsador del éxito. Jamás he aprendido tan bien algo como cuando
he fracasado en los primeros intentos de hacerlo, si obtengo un resultado satisfactorio
de inmediato puedo no recordar como lo hice, pero cuando erré varias veces para
conseguir el éxito ahí sí que lo aprendo muy bien, y no es un todo o nada, no
se trata de que para triunfar debas fracasar primero, sino que es mirar los
desaciertos como escalones hacia nuestra meta, eso sí, se necesita de una muy
buena actitud que sea tu aliado cuando las cosas no salen bien, que te permita
mirar qué puedes aprender de lo que está pasando para intentarlo por otra vía
hasta conseguir el éxito.