¿Cómo deberíamos comunicarnos? Indudablemente de una
forma en que podamos transmitir efectivamente lo que sentimos, deseamos o
necesitamos. Expresemos lo que queremos sin tratar de obligar a la otra persona
que acepte ciegamente lo que nosotros decimos, escuchemos aunque nos cueste,
limpiemos el canal del ruido de la predisposición.
¡El lenguaje
corporal!!..
a veces amigo, muchas veces enemigo, posee el 70% del poder de la comunicación,
por eso debemos convertirlo en nuestro aliado.
¡No es lo que
digo, sino como lo digo! en mi caso la mayoría de problemas que tengo están
relacionados con este dicho popular y sucede que muchas veces tengo la razón pero
se desvanece en el momento en que no he sabido transmitir mi mensaje por utilizar
gestos y/o tonos inadecuados.
Actualmente me encuentro trabajando en este aspecto de
mi personalidad y debo confesar que es una de las batallas que más me ha
costado librar ya que mi expresiones faciales no me lo facilitan, tengo lo que
en ingles llaman “the resting bitch face”( término para describir
generalmente a una chica cuya expresión facial (o falta de ella)
involuntariamente aparenta enojo, irritación, desprecio, particularmente cuando
se relaja o expresa una emoción), lo cual es un verdadera pesadilla jeje. Las
personas normalmente creen que algo malo me pasa o que estoy molesta cuando en
realidad no me pasa nada y a veces estoy feliz y creo incluso estar sonriendo.
Lo bueno es que siempre pueden mezclarse los ingredientes
y producir un buen resultado, si bien es complejo luchar con tus rasgos
faciales no es imposible darle un matiz de accesibilidad. ¿Cómo? Jugando con el
tono de voz, tratando de suavizarlo lo más posible, al punto que compita con tu
(in)expresión.
Si te interesa conectarte un poco más con las personas
cuando hablas es importante mantener un alto nivel de consciencia de tus
debilidades: capacidad de oratoria, posturas, rasgos faciales, tono de voz, y
conjugarlos conscientemente de tal manera que la interacción sea asertiva.
Intencionalmente trata de neutralizar posturas desafiantes, no señales, ni ‘batas’
las manos/brazos invadiendo el espacio del interlocutor; esto es un tema
complejo para las personas visuales que normalmente dibujamos lo que decimos,
pero no se trata de dejar de ser nosotros sino de utilizar nuestras
características a nuestro favor. Si
sabes que tu manoteo es desafiante no discutas un tema álgido con tus manos
disponibles, carga un libro, mete tus manos en el bolsillo, el usar las manos
puede ser útil para expresarnos si no abusamos de ello, y sobre todo si no lo
empleamos para invadir espacios: señalar de forma acusadora, empujar, mover las
manos sobre la cara del otro.
En el caso del tono: cuando más caldeado estén los
ánimos asegúrate de bajar el volumen de tu voz y luego generar el rapport
necesario en la situación. La suave
respuesta calma la ira, ésta especialmente ha sido mi mayor debilidad, “mi
bendito tono de voz”, parece que grito y más si la situación me altera las
emociones, hasta ahora mi clave ha sido mantenerme en un estado de consciencia
plena, de este modo identifico mis subidas de tono, y voy bajando
progresivamente los decibeles, acto seguido el interlocutor también lo hace.
A veces si se
trata de lo que digo! Siempre he aplicado la transparencia brutal y con el pasar
de los años la vida se ha encargado de enseñarme que, como decía un comercial
de la gaseosa Seven up, ¡no siempre es bueno ser transparente!, ¿cómo lo voy
logrando? Consciencia plena, ingrediente básico; y luego retraso mi respuesta
unos segundos, lo cual me da oportunidad de pensar lo que voy a decir, y/o como
lo voy a decir. No se trata solo de ser honestos sino también de aplicar la
generosidad en nuestras palabras entendiendo que después que sueltas la bomba
dejará marcas indelebles en el otro, practiquemos la moderación y la
indulgencia aunque seamos dueños circunstanciales de la verdad.