martes, 24 de febrero de 2015

Presión social por Pareja e Hijos

Te ha pasado alguna vez que has querido literalmente enviar a alguien directo al zipote cuando te pregunta imprudentemente: ¿cuándo es que te vas a casar? te va a dejar el tren! o cuando te ha dicho que debes tener un hijo porque te vas a quedar sola. Yo si! tener 37 años y permanecer soltera y sin hijos me hace una experta en el tema.  ¡Créeme!
 La presión social relacionada con este tema cuando pasas de los 30 es bastante fuerte de soportar sobre todo si eres mujer ya que con los hombres la sociedad es un poco más indulgente. Pareciera que los seres humanos se han hecho una especie de guía  de vida en la cual si te casas muy joven estás mal de la cabeza ni decir si sales embarazada. Pero lo absurdo del tema es que si pasas de los 30 sin ninguna de las anteriores pues algo está mal contigo, y suponen que eres infeliz porque de acuerdo a la generalidad solo eres feliz si te casas o tienes los muchachitos. Resulta que no es mejor ni peor una cosa ni otra, lo mejor es ser feliz con lo que uno tiene sin comparaciones estúpidas que sólo te harán deprimirte recuerda que siempre hay alguien que bajo tu perspectiva puedes  considerar que esta peor o mejor que tú lo que quizá no llegues a saber es que probablemente esa persona hace exactamente las mismas comparaciones envidiando cosas que tú tienes. Es el bucle de la eterna inconformidad humana.

Lo anterior me lleva a hacerme las siguientes preguntas: ¿casarte o tener hijos es una decisión unilateral que debes tomar a la ligera solo por complacer a los demás? ¿L@s espos@s e hijos los venden en el supermercado? La respuesta es definitivamente NO, pero creo que muchas personas no terminan de entenderlo y  no se dan cuenta que en oportunidades pueden llegar a incomodar con sus comentarios.
Lo más impresionante de todo es cuánto daño nos podemos hacer nosotros mismos con nuestros arquetipos. Si! Pensar que la vida tiene un guion que debemos seguir pese a todo y si no lo conseguimos sentimos que la vida no tiene sentido y resulta que no, que lo más delicioso de la vida consiste en disfrutar de cada momento y vivir cada minuto creando nuestra realidad y no renegar por lo que aún no tenemos.
Frente a la presión social mi recomendación es cultivar la asertividad requerida para poder responder con propiedad ante un comentario inadecuado y no porque esto nos altere sino porque nadie tiene el derecho de decirte como vivir tu vida y menos aún husmear en ella independientemente de tu estado emocional. TU ERES LA PROTAGONISTA DE TU VIDA, Y NADIE DECIDE POR TI. Cada quien tiene sus modos y nadie puede decir que está mal que no sigas los patrones sociales pues el ser feliz no depende de esto de lo que si depende es de tu actitud ante las circunstancias que te toque vivir.

Es importante tener definido lo que deseamos en nuestra vida y también sentirnos tan seguros de sí que los comentarios (de los que no te escaparas) o los patrones que existen por generaciones no sean un estigma para ti porque sencillamente sabes lo que quieres o eres feliz bajo tu condición de vida. Tu siempre serás tú, lo demás son roles igualmente disfrutables y que en su momento te corresponde interpretar  así como eres hij@, sobrina@, niet@, herma@ seras espos@ , padre, madre lo importante es el hecho de tener una identidad que te pertenezca porque ningún rol te la dará. Siéntete complet@ sola antes de iniciar una aventura en compañía de otra persona, concéntrate en satisfacer tus necesidades, en tener una vida llena de amor y emoción y disfruta de la espera.

’Yo decido ser feliz hoy, sin compararme con nadie porque soy única, vivo el momento aprovechando cada ocasión que la vida me presta para sacar lo mejor de mí. SOY FELIZ AUN SABIENDO QUE NO LO TENGO TODO, aprendí a disfrutar de la espera, aprendí a tener paciencia, aprendí que para tener cosas primero hay que saber valorarlas porque si no se irán igual que vinieron, aprendí a quererme para que los demás también pudieran hacerlo, aprendí a disfrutar de mi compañía para poder disfrutar de la de los demás, aprendí a que las cosas no tienen por qué salir como yo quiero, aprendí a que cada cosa tiene su momento y que sólo llegará cuando uno está preparado.