En oportunidades llegamos a creer que
determinada situación fue pasajera, que no nos afectó, que no era
importante. Otras tantas sufrimos a tal punto por un acontecimiento que lo
enterramos sin asegurarnos de superarlo, y creemos que podemos cerrar el libro
saltándonos algunas páginas; pero esto resulta ser un error garrafal. Es como
suturar una herida purulenta.
Es
necesario asegurarnos de sanar emocionalmente cada experiencia que tengamos de
modo que no vayamos por la vida acumulando rencor, dolor y culpa que evitan que
vivamos a plenitud y en armonía. Es necesario soltar y quedarnos con las manos
libres para poder tomar lo nuevo que la vida nos ofrece. Por esta razón, cerrar
ciclos fue la actividad 1 en mi toma de acciones concretas.
Buscando
en la profundidad de mi ser me di cuenta que necesitaba cerrar algunos ciclos
que aunque yo me negaba a admitirlo permanecían abiertos por amor, rabia,
dolor, apego. Con esto en mente, procuré buscar la forma adecuada de iniciar el
cierre, lo primero fue hacer introspección y de manera sincera definir qué
lazos me mantenían atada al pasado, elaboré una lista en la cual me aseguré de
incluir las personas, razones y sentimientos que originaban en mí la sensación
de que un asunto determinado estaba inconcluso.
Luego
de tener claro los asuntos pendientes, me dispuse a definir cuál era la acción
a tomar que resultara más apropiada, pues cada caso puede ser distinto: a veces
necesitas hablar con la persona, botar algo, enviar un correo, firmar un
documento, perdonar, reconciliarnos con alguien incluso Dios o nosotros mismos,
hacer una carta que nunca entregarás y que sirva sólo para desahogarnos, vender
algo, hacer un traspaso, confesar una verdad, honrar a alguien o solamente tomar
la decisión de dejar ir la situación.
Debemos
estar claros que el cierre de ciclo al igual que el perdón tiene que ver mucho más con nosotros que con
los otros.
Ayuda
mucho botar objetos o al menos guardarlos en un sitio donde no nos traigan
recuerdos cada vez que nos topamos con ellos.
El
hablar con esa otra persona estará condicionado al deseo de ésta de sostener la
conversación y sobre todo de la posibilidad de que el encuentro se lleve a
cabo. Algunas veces la persona puede haber muerto o estar con una pareja celosa
si se trata de un ex. Así que muchas veces el cierre sólo será una decisión y
acción unilateral igualmente liberadora que te insto a realizar.
En
mi caso, ha sido una experiencia magnífica a pesar de que aún de mi lista queda
un asunto pendiente, en el que ya me encuentro trabajando.
Te
relato mi historia para que tengas un punto de referencia, no tienes que
hacerlo del mismo modo, pero de algún modo hazlo y sacúdete de todo aquello que
hasta hoy ha sido una carga, para que camines de ahora en adelante ligero de
equipaje. Toma el impulso de al menos intentarlo, y verás lo divino que se
siente. ;)