En
mi artículo anterior les resumí como luego de la turbulencia entregue mi
voluntad a Dios dándome la oportunidad de navegar acompañada del ser supremo en
este largo viaje que implica el vivir, pero éste no es el final feliz, por el
contrario, es el comienzo de una historia que se escribe con una pluma cargada
de fe y optimismo, pues luego de retomar la calma ante tanto desasosiego
vuelven las fuerzas y corresponde seguir la travesía tomando acciones concretas.
Fue
entonces, cuando bajo esta determinación sequé mis lágrimas y pensé rápidamente
¿qué puedo hacer para evitar seguir dañando mis relaciones? ¿Qué esquemas debo
desaprender?¿Con cuales patrones de conducta debo romper?
Dejé
que mi corazón hablara en lugar de mi cerebro pues ya mis pensamientos estaban
siendo lo suficientemente crueles conmigo como para seguir en una posición
mental. Fue entonces cuando en medio de la oración y meditación empecé a
estructurar un plan de actividades que mi corazón indicó eran por las que debía
comenzar. Se las listo a continuación y las estaré detallando en artículos
posteriores:
1.Cierre
de ciclos
2. Investigación
en marcha
3. Cambio
de actitud
Parecen
pocas ¿verdad? Pero cuan necesario era al menos empezar por una de ellas en ese
momento de mi vida, cuando la pereza emocional y la apatía estaban apoderadas
de mí. A veces es solo cuestión de dar un primer paso, con o sin deseos de
hacerlo, solo basta un poco de voluntad y persistencia en el intento. Tú ¿ya
empezaste a tomar las riendas de tu vida con acciones concretas?
Te invito
a responderte las preguntas del segundo párrafo y elaborar tu propia lista de
acciones; cuando la tengas lista deja las excusas de lado y ponlas en marcha..